TAXI HARÍA

La zona norte de Lanzarote nos ofrece un verdor y una frescura anormal lo que nos lleva a visualizar un paisaje totalmente distinto, fusionado como vegetación volcánica.

 

Comenzaremos parando en el “Mirador del Río”, donde podrán admirar desde arriba el Archipiélago Chinijo con la Isla de la Graciosa, Alegranza, Montaña Clara y los Roques del Este y del Oeste. Desde el interior del Mirador ya notarán el “toque artístico de César Manrique”: esa forma de construir zonas encriptadas en la naturaleza volcánica de la zona, aprovechando al máximo cada hueco, cada esquina y cada planta.

 

Precisamente este nombre de “Mirador del Río” empieza a tener significado en cuanto se sienten a tomar un cafetito en la zona de mesas que se encuentra detrás de la gran cristalera que cierra esta cueva natural. Es aquí donde podrán observar que entre La Graciosa y el propio Mirador existe UN RÍO auténtico. Este nombre se ha usado desde hace muchos años por los gracioseros y conejeros: “VAMOS A CRUZAR EL RÍO” dicen cuando van a coger el barco para trasladarse.

 

Recorreremos el acantilado para poder ver el lado oeste de Lanzarote y nos dirigiremos hacia la Cueva de los Verdes y los Jameos del Agua, dos centros de visita situados en el Malpaís del Volcán de la Corona. La erupción hace 28.000 años de esta famoso Volcán de la Corona creó unos de los tubos volcánicos más increíbles jamás conocido. Con una longitud de más de 7.6 km, este tubo de lava es aprovechado de la manera más bonita, natural y exótica por estos dos centros de visita. Ambos, de una duración aproximada de una hora.

 

Seguiremos nuestro camino hacia el último punto de nuestra excursión “El Jardín de Cactus”, atravesando pueblos pesqueros por excelencia del norte de Lanzarote, con buenos restaurantes para comer y encantadoras calas para bañarte con toda tranquilidad. El Jardín de Cactus está ubicado en Mala, pueblo dedicado exclusivamente en la antigüedad al cultivo de la cochinilla. En él, podrás observar alrededor de 4.500 ejemplares de cactus de hasta 450 especies diferentes llegados desde los cinco continentes. Fue el último centro de visitantes que César creó en Lanzarote. Lo aprovechó de una vieja rofera (cantera de la que se extraían áridos años atrás) y se le ocurrió aprovecharlo para exponer infinidad de plantas cactáceas de todo el mundo, eso sí, dándole su toque artístico y de amor a su tierra LANZAROTE.